"No soy católico, soy Náhuatl"
El título de este post es el mismo que utilicé cuando escribía para la revista de cierta universidad del norti. En aquella ocasión, estaba muy de moda pronunciarse en contra de una guajira iniciativa por despenalizar el aborto por motivos económicos. En el periódico vi la foto de un manifestante vestido de guerrero-bailarín-azteca, que sostenía en lo alto una pancarta con esta interesantísima frase, en el marco de una pequeña manifestación que apoyaba la propuesta.
La semana pasada, el revuelo lo causaron padres de familia y organizaciones de buenas conciencias y peores intenciones, por la tan aplazada reforma de la educación secundaria y, específicamente, por el libro de primer año de ciencias de la biología -sí, la materia estrena nombre además, o al menos no se llamaba así en mis tiempos-
Preocupados padres se preguntan cómo es posible que sus retoños accedan a temas como la orientación sexual, el uso del condón, la masturbación y el sexo ligado con el placer, así nada más, sin adecuada guía moral que les haga ver que: el sexo es malo, malo, muy malo fuera del matrimonio. Que el meollo del asunto es: dos personas se aman, se casan, entonces respetuosamente el papá mete una semillita -nunca dicen claramente en dónde- en la tierrita de la mamá y bam!!! en unos meses you've got a lindo/a bebito/a.
Ya escribía yo en defecito mi opinión con respecto a que me pone a pensar la clase de educación sexual que darían esos padres a sus hijos, ya que se oponen a que la de la secretaría de educación desde una perspectiva más bien objetiva y laica.
Después de todo, los deseos de los adolescentes no responden a filiaciones religiosas ni partidistas, viéndolo realistamente. A lo más, el adolescente promedio -que hay sus estoicas excepciones- sentirá una culpa, grande culpa, dado que lo mejor es pedir perdón que pedir permiso. Yo, anticuada mujer de 26 años que me impresiono al ver a las chavitas de 12 años con piercing, novio de 16 y colita al descubierto, pienso que el padre que cierre los ojos y piense que los chamacos no necesitan educación sexual, de plano tiene una fuerte negación a la realidad.
Así es que retomando el no ser católico sino náhuatl: Creencias aparte, la educación es cosa pública y no tiene porqué ir de la mano con la que dan en casa -aparte de la de televisa- de aquellos de morales aspiraciones. Y si no, recuerden el lastimoso incidente del Abascal el moralito y su escándalo porque a su sufrida hija le recetaron "Aura" en la clase de literatura. Si en su casa solamente se leen los tomos de la biblioteca del sagrado corazón, abstenerse de querer imponer tan flaco favor al resto de la clase.
Ah! sí: amén.
La semana pasada, el revuelo lo causaron padres de familia y organizaciones de buenas conciencias y peores intenciones, por la tan aplazada reforma de la educación secundaria y, específicamente, por el libro de primer año de ciencias de la biología -sí, la materia estrena nombre además, o al menos no se llamaba así en mis tiempos-
Preocupados padres se preguntan cómo es posible que sus retoños accedan a temas como la orientación sexual, el uso del condón, la masturbación y el sexo ligado con el placer, así nada más, sin adecuada guía moral que les haga ver que: el sexo es malo, malo, muy malo fuera del matrimonio. Que el meollo del asunto es: dos personas se aman, se casan, entonces respetuosamente el papá mete una semillita -nunca dicen claramente en dónde- en la tierrita de la mamá y bam!!! en unos meses you've got a lindo/a bebito/a.
Ya escribía yo en defecito mi opinión con respecto a que me pone a pensar la clase de educación sexual que darían esos padres a sus hijos, ya que se oponen a que la de la secretaría de educación desde una perspectiva más bien objetiva y laica.
Después de todo, los deseos de los adolescentes no responden a filiaciones religiosas ni partidistas, viéndolo realistamente. A lo más, el adolescente promedio -que hay sus estoicas excepciones- sentirá una culpa, grande culpa, dado que lo mejor es pedir perdón que pedir permiso. Yo, anticuada mujer de 26 años que me impresiono al ver a las chavitas de 12 años con piercing, novio de 16 y colita al descubierto, pienso que el padre que cierre los ojos y piense que los chamacos no necesitan educación sexual, de plano tiene una fuerte negación a la realidad.
Así es que retomando el no ser católico sino náhuatl: Creencias aparte, la educación es cosa pública y no tiene porqué ir de la mano con la que dan en casa -aparte de la de televisa- de aquellos de morales aspiraciones. Y si no, recuerden el lastimoso incidente del Abascal el moralito y su escándalo porque a su sufrida hija le recetaron "Aura" en la clase de literatura. Si en su casa solamente se leen los tomos de la biblioteca del sagrado corazón, abstenerse de querer imponer tan flaco favor al resto de la clase.
Ah! sí: amén.
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