Cuando las galletas verdes nos alcancen
Hoy llegó a mis manos un folleto de lo más aterrador, en el que se describían las maravillas de guardar el cordón umbilical de los recién nacidos, para su posterior congelamiento y eventual uso en contra de toda clase de enfermedades.
Editado por una conocida empresa de seguros, el folleto indicaba las maravillas de guardar las invaluables células madre en una bolsita con capacidad para que después, y en caso necesario, se incentivara a dichas células a crecer y formar nuevas colonias de células “brand new” para el tratamiento de múltiples afecciones. El folleto decía que ya que estas células son altamente compatibles entre los miembros de una misma familia, la compra de este servicio constituía algo así como “un seguro familiar”.
Yo no se a ustedes, pero a mí el tratamiento de estos temas a nivel producto de telemarketing me recuerda bastante a las pelis de ciencia ficción en las que los seres humanos estiran largamente su capacidad de vida mediante la manipulación científica de toda clase de cosas que antes no se encontraban al alcance de la mano (ah! y al final algo sale mal, por supuesto)
Yo me pregunto cuál será la conveniencia de vivir más años que los del promedio de vida actual, en un mundo cada vez más enfermo. Por supuesto que, como muchos, aspiro a vivir la mayoría de mis años asignados en un aceptable estado de salud. Sin embargo, el hecho de que se vendan productos como el aquí descrito es una clara indicación de que la mayoría de las personas no desean enfermarse ni morirse nunca y, la verdad, eso me parece imposible en un mundo en el que la naturaleza se ha vuelto todo menos natural y en el que hasta un baño de sol o una gota de lluvia se ha convertido en algo potencialmente peligroso. No sé por qué, pero creo que los únicos que van a salir ganando van a ser los de los seguros pero oh! hasta ellos han de morirse un día.
Editado por una conocida empresa de seguros, el folleto indicaba las maravillas de guardar las invaluables células madre en una bolsita con capacidad para que después, y en caso necesario, se incentivara a dichas células a crecer y formar nuevas colonias de células “brand new” para el tratamiento de múltiples afecciones. El folleto decía que ya que estas células son altamente compatibles entre los miembros de una misma familia, la compra de este servicio constituía algo así como “un seguro familiar”.
Yo no se a ustedes, pero a mí el tratamiento de estos temas a nivel producto de telemarketing me recuerda bastante a las pelis de ciencia ficción en las que los seres humanos estiran largamente su capacidad de vida mediante la manipulación científica de toda clase de cosas que antes no se encontraban al alcance de la mano (ah! y al final algo sale mal, por supuesto)
Yo me pregunto cuál será la conveniencia de vivir más años que los del promedio de vida actual, en un mundo cada vez más enfermo. Por supuesto que, como muchos, aspiro a vivir la mayoría de mis años asignados en un aceptable estado de salud. Sin embargo, el hecho de que se vendan productos como el aquí descrito es una clara indicación de que la mayoría de las personas no desean enfermarse ni morirse nunca y, la verdad, eso me parece imposible en un mundo en el que la naturaleza se ha vuelto todo menos natural y en el que hasta un baño de sol o una gota de lluvia se ha convertido en algo potencialmente peligroso. No sé por qué, pero creo que los únicos que van a salir ganando van a ser los de los seguros pero oh! hasta ellos han de morirse un día.
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