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Nombre: Carola
Ubicación: Montreal, Canada

When my father passed away, it was as if all the colors disappeared, and my life suddenly became a dark, hollow spot. Then many months later on a cold, gray winter morning day I jumped in an earlier bus in Ave du Parc. The bus driver was singing out loud, coming up with new, impromptu songs as we passed by streets and intersections, and passengers just started to smile and rejoice. I smiled, too. And that’s when I realized that sometimes we all just need to jump in a singing bus. Life is full of free, amazing little moments and in Le bus qui chante I try to share all those little miracles that sometimes just appear in my days.

domingo, julio 01, 2007

Jazzeando durísimo

Van algunos datos:

- 27 ava edición del festival internacional de jazz de Montreal
-11 días de jazz sin parar, mas agregados (música del mundo, funk, guitarristas famosos, manú chao!? etc)
- El centro de la ciudad reservado para las galerías del festival, los más de 10 escenarios, blablabla


Honestamente, el jazz no es el género musical que más llama mi atención, pero he disfrutado mucho aprendiendo algo de lo mucho que no sabía acerca de las referencias obligadas, tanto de artistas como de canciones.
El día de ayer, tras engullir tres falafels gigantes junto con Mario -yo misma los preparé, y me quedaron muy buenos pero sinceramente no sé si vale la pena taaanto trabajo para que desaparezcan en unos segunditos-, vimos un espectáculo increíble, cortesía del ex saxofonista de james brown y los trece músicos que lo acompañaban. La agrupación fue "Enzo Avitabile & Bottari".
Los Bottari eran 6 monitos que dejaban el cuerpo y alma dando tamborazos a unos instrumentos al más puro estilo barrica de madera, de acuerdo a antiquísima tradición italiana.
Enzo Avitabile logró lo que pensé inlograble: poner a bailar un poco al público canadiense.

Es que esto lo tengo que comentar: Aquí nadie se aglutina alrededor del escenario en ningún slam mortífero ni abusivo, y lo mismo asisten niños y ancianitos a los conciertos (y no sólo de jazz, también lo ví en el concierto de Les trois accords) y se paran hasta el frente, con la seguridad de que la masa humana no se va a menear hacia ningún lado porque aunque la música esté buenísima, ni esperanza de que demuestren cualquier atisbo de emoción. Con decir que en todos los conciertos en los que he estado desde que llegué a esta h. provincia de québec, yo he sido la única loca bailoteando.

En fin. Tras comentar el hecho de que a los canadians no les corre la sangre por las venas, van algunas fotitos:


La bohemia mascotita del festival (osease el gato, no yo)


Una vista de la disposición de los escenarios


Mario posando para mi celular


Cielo estrellado en uno de los escenarios