Cosas que pueden pasar a -10 grados
La ciudad lleva ya unos cuatro días sepultada por la nieve, una nieve muy simpática si se le mira desde la comodidad de un departamento, y también si uno pasea, como nosotros ayer, por las calles tomando fotos del paisaje, o también gozando de la sensación de caminar sobre un medio metro de hermosa nieve blanca recién acumulada.
Ayer en la noche, sin embargo, no nos pareció tan simpática cuando nos quedamos un rato en una calle del viejo Montreal mientras Marc, que acababa de dejar las llaves adentro del coche, iba a buscar ayuda. (vale aclarar que antes de salir de la casa, vi que el termómetro marcaba frescos menos diez grados). Así que allí estábamos Mario y yo, congelados como paletas enmedio de la nieve, recargados contra una pared para protegernos un poco del aire. Por las ventanas alcanzamos a ver (y a oir) una cena-baile-chow, así que esperamos el tiempo que faltaba gozando del espectáculo de un travesti que bailaba con mallas y leotardo con sorprendente elasticidad, rodeado de sus bailarines y de unas gordis con gafete de oficina que se volvían locas cantando y meneándose al ritmo de ai dont wana nou, ai dont wana jirrrrrrrr!!!!!
(Y por cierto, la salida acabó genial y de madrugada tras pasárnosla bomba en el Boîte à chansons "les deux Pierrots". Hagan de cuenta un sapo cancionero, pero sin trova y con mucho rock!!)
Ayer en la noche, sin embargo, no nos pareció tan simpática cuando nos quedamos un rato en una calle del viejo Montreal mientras Marc, que acababa de dejar las llaves adentro del coche, iba a buscar ayuda. (vale aclarar que antes de salir de la casa, vi que el termómetro marcaba frescos menos diez grados). Así que allí estábamos Mario y yo, congelados como paletas enmedio de la nieve, recargados contra una pared para protegernos un poco del aire. Por las ventanas alcanzamos a ver (y a oir) una cena-baile-chow, así que esperamos el tiempo que faltaba gozando del espectáculo de un travesti que bailaba con mallas y leotardo con sorprendente elasticidad, rodeado de sus bailarines y de unas gordis con gafete de oficina que se volvían locas cantando y meneándose al ritmo de ai dont wana nou, ai dont wana jirrrrrrrr!!!!!
(Y por cierto, la salida acabó genial y de madrugada tras pasárnosla bomba en el Boîte à chansons "les deux Pierrots". Hagan de cuenta un sapo cancionero, pero sin trova y con mucho rock!!)
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