Les couleurs de l'automne ( y el Hallowekend)
Como hay que desquitar la cámara (y aprender a usarla) Mario y yo parecemos turistas japoneses, y entre las 200 fotos que tomamos diariamente, de vez en cuando salen algunas decentes. Aquí, tres ejemplos de los colores de las hojas que -aún- lucen algunos árboles:
Amarillo contra muro gris
Amarillo contra muro azul
Rojo eleganteIndeciso en movimiento
Este fin de semana es el "Hallowekend" y desde temprano fuimos a rentar nuestros disfraces, a una tienda alucinante llena de objetos de todas épocas y variedades: terlenka setentera, pelucas polvorientas, verdaderos vestidos de charleston; extraños objetos chinos.
La familia que atendía armonizaba perfectamente con el lugar: dos viejitos hippies, varias hijas indescriptibles y algunos hombres matudos. No fuera a ser que nos escapáramos con alguna pieza de crochet tejida por su abuelita: no se nos despegaron ni un segundo, lo que resultó bastante molesto. En señal de rebeldía, Mario no rentó nada. Yo salí con un vestido de lentejulas, boa de plumas y lentes aparatosos. Coco se llevó cuanta prenda completaba su outfit de pirata, y Jalil cargó con unos pantalones militares y una ametralladora minimalista. Aymeric, el coloc de Coco, jura que el chaleco de peluche que se llevó corresponde al de un terrorista vasco.
Son las nueve de la noche, no nos hemos disfrazado y ni idea a qué fiesta iremos a caer. Mientras actualizo este blog, nuestras visitas asaltan el refri. Más detalles, después.